Herodianos
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   Se denominaron así a los gobernantes posteriores a Herodes, reconocidos por Roma como tetrarcas, que se repartieron el reino desde el año de su muerte, 4. a de C. y según su testamento.
    Arquelao quedó con Judea hasta el 6 d. de Cristo, en que fue destituido y desterrado hasta su muerte el 18. Su reino pasó a ser provincia imperial, gobernada directamente desde Roma por un Procurador (Poncio Pilato, 26 al 36).
    Herodes Antipas permaneció en Galilea, cuya capital construyó hacia el 18 en Tiberias, en la costa oeste del Lago.
    Es el Herodes más citado en el Evangelio (ejecutó a Juan Bautista, despreció a Jesús). Su reino duró hasta su muerte el 39 d de C. en que su reino se repartió.  Filipo gobernó en Iturea y Traconítide y vivió hasta el 34. Le sucedió Agripa I, del 37 al 44 y luego Agripa II hasta final del siglo, pues murió el 93.
    En el contexto evangélico se habla dos veces de los herodianos o partidos de Herodes (Mt. 22.16 y Mc. 3.6). Formaron un grupo de adictos a los reyes herodianos, tal vez sus funcionarios o beneficiarios, pero con poca significación social fuera de los entornos palaciegos, si es que estos se dieron.