Producto amargo en la vesícula de los animales y del hombre. Los antiguos la atribuían propiedades curativas y por eso aparece citada en la Escritura varias veces: Job. 16.13 y 20.25; Tob. 6. 5 y 9; Tob. 8. 11-13.
Muchas traducciones señalaron también incorrectamente que a Jesús le dieron hiel y vinagre a beber en la crucifixión (Mt. 27.34), cuando lo que probablemente le ofrecieron fue una mezcla de mirra y aceite. (Mc. 15. 23)