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Alteración de la capacidad de audición (sordera parcial, no total, que sería la anacusia). Consiste en una baja posibilidad de percibir el sonido, lo cual imposibilita la comunicación verbal normal con un entorno culturalmente oral.
La situación de los hipoacúsicos implica un tratamiento pedagógico precoz, para que el lenguaje no sufra alteraciones o demorar perjudiciales en su adquisición. Y evidentemente en lo relacionado con la formación de las ideas, criterios y sentimientos religiosos acontece también lo mismo.
Con los recursos fisicotécnicos con los que hoy cuenta la medicina, es fácil llegar a la normalización desde la infancia elemental en los que no padecen esta insuficiencia en grado muy intenso.
Pero en todo caso, la educación religiosa (conceptos abstractos, sentimientos, vínculos sociales) reclama con frecuencia una adaptación conveniente que sólo educadores y catequistas bien preparados y adaptados a la situación pueden ofrecer con relativa facilidad.
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