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Renuncia o interrupción temporal del trabajo en una empresa como medio de presión para obtener reivindicaciones salariales o de otro tipo. La huelga es un instrumento social aceptado por la mayor parte de las legislaciones de los países. Será justa o injusta, moral o inmoral, inteligente o fanática, civilizada o salvaje, según sea el respeto o el atropello de los derechos objetivos de todas las partes laborales o sociales implicadas en ella: obreros, patronos, sociedad, productividad de las empresas, etc.
Determinadas huelgas que afectan a inocentes (niños, enfermos, hambrientos, etc.) plantean cuestiones morales especiales. Difícilmente una huelga puede tolerarse éticamente cuando implica paralizar la atención a un enfermo. Y raramente una huelga es inteligente cuando destruye una empresa en la que hallan trabajo personas que se quedarán sin él si las actitudes se enconan.
Por eso cada huelga exige una reflexión diferenciada y un gran respeto a la objeción de conciencia de quien no pueda o no quiera hacerla o prive de sus derechos a quienes se nieguen a participar en ella.
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