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Concepto o pensamiento simple que se tiene en la mente. Viene del griego ver (orao) y refleja el elemento simple (concreto o abstracto) que se junta con otros conceptos para constituir el juicio. La idea se expresa por la palabra o término. El juicio se expresa por la frase o sentencia.
Las ideas son esenciales para pensar (por dentro) y para hablar (por fuera). Se configuran de forma pura y rápida (por intuición) o de forma lenta y superponiendo impresiones o sensaciones (por abstracción)
En el terreno religioso es importante el facilitar la configuración de ideas correctas en los temas fundamentales (Dios, salvación, misterio, oración, virtudes). O procurar que, al menos, no sean erróneas. El niño pequeño tiene escasa capacidad de abstracción. Si no se le acompaña en su desarrollo y se le educa bien, se queda con ideas infantiles cuando la edad avanza y en otros terrenos progresa su ciencia.
Al llegar a edades superiores es preciso que purifique y mejore los esquemas mentales y los conceptos infantiles de naturaleza religiosa. Si sus ideas se mantienen pobres y elementales, su religiosidad será frágil, sensorial y hasta supersticiosa, en contraste con los otros terrenos del saber en los que va madurando adecuadamente.
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