Identidad
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       Se define en Psicología la capacidad de sentirse y aceptarse como uno es. Es la base de la conciencia, que se dice a sí misma: "Yo soy yo y no son otro".  El niño descubre su identidad poco a poco, desde el año y medio de vida, y la asocia con un cuerpo y una imagen, un nombre, un entorno afectivo y luego social, una capacidad de hacer o no hacer. Las etapas posteriores estimulan su afianzamiento y, a lo largo de la vida, será la plataforma de la conciencia, la fuente de las opciones, la referencia ante sí y ante los demás.
   Hay en el contexto de la identidad diversos estamentos o campos: inteligen­cia y su capacidad, voluntad, libertad, posesiones, etc. Entre esos campos es importante también descubrir la identidad religiosa, o referencial a lo trascendente: Dios, otra vida, conciencia, alma... Es precisamente una de las tareas básicas de la educación de la fe: facilitar el descubrimiento de la identidad religiosa: la propia fe, la responsabilidad moral, la situación espiritual, la elección divina y la dignidad de ser hijos de Dios, el destino eterno. Todo ello son ráfagas que superan lo meramente intelectual e integran lo afectivo, lo social, lo moral, lo volitivo.