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Es la tecnificación de la información mediante mecanismos automáticos que hacen posible su tratamiento mediante programas y su intercomunicación mediante envíos a distancia.
La ingeniería informática implica dos grandes campos: la disposición de mecanismos ingeniosos para realizar operación de registro, combinación e intercomunicación. A eso se denomina con término inglés hardware. Y está configurado en forma de instrumentos llamados ordenadores o computadores, ya sean de uso personal (PC) ya sea de manejo industrial o más complicado en artilugios y en recursos de almacenaje.
Y se precisa usar en estos instrumentos de base, mediante el conjunto de programas o sistemas operativos y de usuario que las diversas empresas o diseñadores ofrecen a los usuarios. Ese conjunto de denomina software.
La sorprendente revolución informática de consumo de los últimos decenios y la previsible en los inmediatamente venideros hace pequeños los prejuicios y las previsiones en este terreno. Constituye el más revolucionario estimulo para la información desde el descubrimiento de la imprenta hace cinco siglos.
Facilita informes y datos y sugiere visiones rápidas en todos los campos y en todos los niveles del saber humano.
- Los vehículos de la comunicación y de la información técnica y científica hacen leves las distancias planetarias. Disminuyen los tiempos, se incrementan las opciones. Los problemas de la nueva comunicación no son de instrumentos, sino de discernimiento y de intencionalidades. Es difícil no dejarse llevar por el aroma de lo novedoso.
- Los costos asequibles, la oferta de instrumentos, los campos y tiempos que reclaman las consultas y el desafío que implica el poseer datos rigurosos y cada vez más exactos y comprobables, produce la impresión de una sociedad en vertiginoso cambio.
- Al resultar económicamente asequibles esos procedimientos en casi todos los lugares, la vida cultural cambia.
- Se multiplican las relaciones, se facilitan las informaciones contradictorias entre las que hay que elegir, se hace irresistible la invitación a saber cosas nuevas.
- La electrónica de consumo tecnifica la vida y el comportamiento de muchas personas que comienzan a no ser capaces de prescindir de instrumentos de control y de documentación: en la vida profesional, en los reclamos sanitarios, en las preferencias lúdicas, etc. Los educadores descubren un nuevo espectro didáctico en el que no habían pensado hasta hace poco tiempo y para el que muchos no se sentirán preparados.
- Los numerosos círculos de intelectuales, corrientes, escuelas, movimientos, aunque no hayan llegado a una "Enciclopedia de las Ciencias Unificadas", como se pretendía al comienzo del siglo XX, han logrado en las últimas décadas popularizar los planteamientos filosóficos, suscitar interrogantes compatibles, diversificar intereses culturales de cada miembro de la humanidad cada vez más exigente.
En este terreno de la información técnica y tecnificada, el siglo XX terminó, y el siglo XXI comenzó, con desafíos sorprendentes: producir inteligencia artificial compatible con la natural del hombre.
Durante mucho tiempo los problemas éticos que esa revolución informática desencadenada van a desafiar a los hombres modernos. Y el educador, sobre todo el educador de la fe y de la conciencia, se va a preguntar cómo actuar y cómo dar respuesta a los interrogantes de sus educandos.
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Sólo si se promueve una buena educación moral, se podrá llegar a sintonizar respeto y progreso, técnicas y valores, vida y libertad.
Y esto se va a dar no sólo en la mecánica de la comunicación informatizada, sino en esa otra ventana que se abre a un mundo nuevo sin fronteras, que será la internética o la posibilidad de navegar por miles de ordenadores intercomunicados y de moverse en un mundo virtual desafiante. La informática se presenta hoy con su primer gran producto, la internética, como un gigantesco desafío moral para unos hombres que, en una sola generación, contemplan sus esquemas éticos alterados.
La educación religiosa en los tiempos actuales tiene que contar con esa nueva situación informativa y no reducirse a comunicar un mensaje, sino disponer al hombre nuevo para que discierna entre todos los mensajes religiosos y morales que recibe continuamente. (Ver Tecnológicos. Lenguajes) |
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