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Sistema de expresión oral que consta de términos, estructuras y normas impuestas por el uso o por las leyes gramaticales. La lengua se hace con el tiempo. Las hay muertas o históricas, que se hablaron y en las cuales se realizaron escritos que hoy nos recuerdan su empleo; y las hay vivas y actualmente en uso con mayor o menor difusión.
Como las lenguas son numerosas en el mundo (unas seis mil se hablan en el planeta) y las hablan muchos seres humanos, que son inteligentes y libres, las lenguas vivas cambian poco a poco y se diversifican según los niveles culturales y los lugares.
Los modos peculiares de hablar una lengua se denominan dialectos. Ella permite la comunicación entre los seres humanos. El lenguaje es la capacidad humana de comunicarse mediante signos orales o escritos, incluso mímicos, a los que se da un significado. La lengua es el resultado de esa capacidad.
El uso correcto de la lengua es necesario para la recta transmisión del pensamiento. En cada terreno científico o social (comercial, artístico, político, científico, jurídico, y también religioso) el buen uso de la lengua facilita la comunicación.
En el ámbito religioso es importante desarrollar una buena capacidad expresiva a través del cultivo de la lengua. Necesitan el lenguaje religioso multitud de término concretos y abstracto específicos, así como formulaciones de juicios y de argumentos claros y coherentes, es preciso que el educador de la fe cuide la lengua y el lenguaje: el lenguaje como medio de comunicación; y la lengua, como recurso de correcta transmisión de los mensajes sagrados que en ellas deben expresarse y transmitirse.
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