Ludopatía
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      Trastorno relacionado con el juego, el cual implica una dependencia morbosa del mismo en sus diversas formas, o con polarización en una de ella, como es el juego del azar, que es el más frecuente­mente cautivador en los elementos adul­tos y juveniles.
   La ludopatía es una enfermedad de naturaleza psíquica, como lo es la toxico­manía o la esquizofrenia. Es enfermedad en cuanto rompe los comportamientos normales del ser inteligente y esclaviza al paciente de forma psicofísica: le crea dependencia, le condiciona las preferen­cias, le reduce la capacidad de opción.
   Moralmente es inaceptable el provocar ludopatías en las personas, aunque sea frecuente por intereses comerciales y se aprovechen los artilugios atractivos que hoy la tecnología pone al alcance de cualquiera. Pero resulta difícil juzgar el grado de responsabilidad que tienen quienes caen en ellas. Si en ocasiones se les puede considerar culpables del consentimiento inicial, como acontece en cualquier vicio, en los procesos poste­riores las valoraciones ética deben ate­nerse al nivel de conciencia y de consen­timiento que se tiene cuando los proce­sos se arraigan y la personalidad queda deteriorada. La mejor actitud educadora al respecto es crear intereses previos que prevengan los desórdenes.
   Y la mejor terapia es el desvío e inte­reses hacia otros atractivos iguales o ma­yores que los que originan las dependen­cias del juego. El ludópata se inhabilita para la reflexión y se debilita en sus opciones cuando el estímulo llega. Por eso no bastan para su terapia meras reflexiones benévolas, ni suelen ser eficaces los castigos o represiones, ni las referencias morales o religiosas.
   La curación pasa por cambios de es­tructuras sociales (alejamiento de compa­ñías promotoras del trastorno) y por procesos de reordenación de la vida en hábitos, horarios, trabajos rentables, revisión de intereses inmediatos y, en los primeros períodos de la rehabilitación, acompañamiento personal.
   En ocasiones difíciles, las ocupaciones distantes de los ámbitos lúdicos. Más o menos es lo que se hace con vicios como el alcoholismo o el narcotráfico.
   Es difícil determinar la moralidad en los hábitos ludopáticos. En general hay que suponerla como estado irresponsable, a no ser que vaya acompañada de otras concomitancias reforzadoras: robo, vio­lencia, incluso prostitución. En ese caso entran en juego ya otros ingredientes éticos más complejos.