Luto
     [467]

 
   
 

    Signo externo de tristeza por una desgracia personal o colectiva. Las seña­les de luto o duelo han variado en las diversas culturas. Además de los gestos naturales de dolor: lágrimas, lamentos, supresión de fiestas o diversiones, hay otras señales variables: color negro en occidente y en Oriente blanco, ban­deras a media asta, músicas fúnebres, al­quiler de plañideras, etc, que dependen de cada pueblo y de cada tiempo.
   En la Biblia aparece con frecuencia referencias a los duelos o lutos por diver­sos personajes: por Abraham: Gen. 25.10; por Sara: Gen 23 2; por Jacob: Gen 34; por Aarón: Num. 20.3; por Moi­sés: Deut. 34.8. Las referencias a las muestras del luto se multiplican en los profetas (Ex. 7.18; Dan. 9.3; Salm. 34.14) y en los demás libros. (Mac. 2.14;  Job. 43.6;  Judit. 4.16)
   Hoy nadie se arranca las barbas o arroja ceniza sobre su cabello, se rasga las vestiduras o se tira sobre el suelo. En otros tiempos se hacía y se expresaba el dolor así. Y todavía en otros pueblos se significa el dolor con gestos que pueden parecer artificiales o raros para los que no son de la misma cultura.
  Lo importante de luto no son las formas sino el significado de ellas. El luto debe ser visto como un acto de piedad y de amor al que ha fallecido o ha sufrido una desgracia. Irse de fiesta cuando un ser querido yace moribundo es una impie­dad. Suprimir un festejo cuando en una población ha surgido una desgracia colec­ti­va es de justicia. Educar al los hombres para dar ese sentido a los gestos y para asumir con solidaridad los gestos ajenos es un deber pedagógico. El que no está educado es insensible a ese lenguaje.