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Actividad, arte, ciencia y técnica de la curación de las enfermedades. Desde los primeros tiempos del a humanidad los hombres han sentido, el dolor, la enfermedad, las deficiencias del cuerpo y la muerte. Por eso la medicina ha sido la ciencia más humana de todas las ciencias y los médicos los profesional más deseados, respetados y cuidados de todos.
Esa actitud radical de la cultura humana no podía por menos de reflejarse en las confesiones religiosas y en las creencias, desde las actitudes primarias de curanderos y de sortilegios sanitarios hasta las modernas actitudes científicas de las culturas modernas.
En la Escritura sagrada aparecen con frecuencias las referencias a los médicos y a las curaciones. En el Antiguo Testamento se presentan en cierta dependencia con Dios, en el orden de los principios (Eccli. 38.1 y 11; Salm. 28. 11; Ex. 15. 26), como en el orden de los hechos: Tob. 11.11; 2 Rey. 5.6.
En el Nuevo Testamento se alude a la profesión y a la actividad de los médicos veces. Y el mismo Jesús es presentado como el que nos cura de las enfermedades morales y espirituales, aludiendo a la acción de sanar (mencionada 32 veces).
Las siete veces en que se emplea la palabra "médico" (iatros), se hace de forma general: "No son los sanos los que necesitan médico, sino lo enfermos" (Mt. 9.12; Mc. 2.17; Lc. 5.31).
En ningún lugar del Nuevo Testamento se le llama a Jesús "médicos", pero pasa de medio centenar el que habla de sus curaciones misericordiosas y se alude a que sana las enfermedades del cuerpo y las del alma.
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