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La medida es un lenguaje imprescindible en la comunicación humana y por eso conviene tenerla también presente en la actividad educativa de todo tipo, incluidos los terrenos religiosos y en cierto sentido los espirituales, en cuanto puedes ser susceptibles de medida.
La Estadística es la ciencia matemática que ayuda a justificar, usar y elaborar las principales medidas. Hay dos formas de usarla: la estadística descriptiva, que es la que trata de datos procedentes de poblaciones; y la estadística inferencial, que es la que elabora datos procedentes de "muestras significativas", tanto más fiables cuanto mejor reflejan fielmente la situación de la población.
Un recuerdo de las medidas de uso más frecuentes puede ayudar a entender su importancia y variedad:
- Las hay absolutas, que son las que recopilan y expresan datos globales; y las hay relativas, que implican referencia a variables interseccionadas.
Entre las primeras las hay de tendencia central (Media, Mediana, Moda) y las hay de tendencia dispersiva (Variación media, Varianza y Desviación típica o estandard).
Entre las segundas están las "Correlaciones" que expresan numéricamente la "tendencia de dos fenómenos a variar concomitantemente". Unas lo hacen cuantitativamente como la de Pearson; otras lo hacen cualitativamente o según puestos y órdenes, como la de Spearmann.
También están los "Cuantiles" o puestos relacionados con una serie de cien (Percentiles), de diez (Deciles) o de cuatro (Cuartiles).
En los terrenos o aspectos espirituales, la medida tiene siempre un valor relativo y simbólico: nunca se puede medir el nivel de fe o la cantidad de caridad de un cristiano. Pero en determinados campos o rasgos, la medida sirve para establecer referencias, comparaciones, orientaciones o criterios (porcentaje de cumplimiento dominical, nivel comparativo de conocimientos religiosos, intensidad de actitudes éticas o de adhesiones espirituales).
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