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Texto antiguo, escrito manualmente y adornado con bellos dibujos alusivos al contenido. La costumbre de tener, vender, regalar y poseer estos manuscritos creo un comercio rentable y origino una escuela de miniaturistas que dotó a los museos modernos de múltiples y bellas obras de arte.
Las miniaturas religiosas, sembradas en devocionarios y libros de rezos, pequeñas hagiografías y plegarias a los santos, son abundantes a lo largo de toda la Edad Media e incluso llegaron hasta bastante después de la fundación y extensión de la imprenta (1435).
Las miniaturas orientales, chinas sobre todo, fueron de singular estilo mereciendo la admiración del a minuciosidad con la que realizaban las grabaciones y la decoración de los textos.
Y las miniaturas existentes en los textos cristianos constituyeron una fuente de catequesis y de formación que nunca se apreciarán lo suficiente, al inspirar ideas y sentimientos conformes con los textos que se iban recitando o leyendo. Es cierto que no caían en manos del pueblo, demasiado pobre para comprar y gozar tales joyas de arte. Pero si influyendo en la clase noble y dirigente de la sociedad, creando un estilo figurativo que espontáneamente se difundió por toda la sociedad.
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