MOVIMIENTOS
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   Los movimientos son tendencias dinámicas, preferencias, actitudes e ideologías que afectan a grupos de personas que se sienten cómodas en los modos concretos de actuar y de relacionarse en cada uno de ellos. Y los movimientos religiosos son aquellos que engloban los modos de vivir la fe, de rezar y de practi­car la caridad y la solidaridad con actitudes afectivas y con criterios similares.
   Es un hecho de la cultura actual, y también de la Iglesia cristiana, la multiplicidad de movimientos religiosos o morales de diverso signo en todo lo relacionado con la vida cristiana.
   No se deben confundir los "movimientos" con los "grupos", sean cristianos o no, con las asociaciones o con toda forma de institución regida por normas fijas y predeterminadas. Los movimientos son más bien estilos de vivir y actuar de forma libre, más informales que regulados, más afectivos y vitales que ideológicos y doctrinales. En el grupo uno participa en la medida en que se sujeta a las normas que lo rigen. En el movimiento uno se engarza en él si vive su espíritu y su estilo de relación.
   El educador de la fe y animador religioso tiene que ser consciente de este fenómeno vital de la Iglesia actual y aprovecharlo en la medida en que pueda para educar a sus catequizandos. Siempre lo debe hacer con tacto, adaptándose a la edad, cultura y sensibilidad.
   Por eso un recuerdo de algunos de los principales movimientos que se han dado puede ayudar a sensibilizarse ante ellos.



 
 

- 1900. Movimiento de   renovación ca­ris­má­tica.

  Surgió de las iniciativas de F. Parham en favor de dejar al Espíritu Santo que actúe en la Iglesia y que a su impulso se sometan las estructuras eclesiales. Pronto se le denominó "pentecostalismo" o "neopentecostalismo". Y desde Estados Unidos se divulgó por Suramérica y por Europa.
   Los valores de la fe y de la oración, la persuasión de que el Espíritu Santo sigue actuando incluso por dones extraordinarios, de que el Espíritu está por encima de la norma y de que las divisiones entre cristianos son disciplinares y no espirituales si actúa la sinceridad, junto a cierta carga afectiva más que dogmática en las actitudes de sus participantes, son las notas características de este movimiento internacional.

  - 1908. Movimiento Scout   internacional.

   Es el año en que Baden Powell inicia sus primeros grupos escultistas. Se difundió el movimiento, atractivo, juvenil y cautivador, como aconfesional y naturalista. Desde mediados de siglo, sobre todo al entrar en crisis los diversos sectores infantiles y juveniles de la Acción Católica, se asumió como movimiento católico de amplia difusión en las parroquias y en los centros educativos y con resonancias internacionales.

   - 1908. Movimiento ecuménico.

   Surge según unos en la Iglesia Episcopal de Graymoor, cerca de Nueva York, cuando el pastor P. Wattson organiza una semana de plegarias por la unidad de las Iglesia. Otros lo sitúan en la Conferencia de las Iglesias de 1910 en Edim­burgo, en el Reino Unido, de donde brotan el Movimiento Faith and Order (Fe y Constitución) en la misma localidad; y luego nace el movimiento "Life and Work" (Vida y acción) en 1914, en Upsala, Suecia.
   La Iglesia católica se va adhiriendo a este movimiento, sobre todo cuando se sitúa como observadora ante el "Consejo mundial de las Iglesias" inaugurado el 23 de Agosto de 1948 en Ginebra. Y esa actitud llega a la cum­bre con el movimiento interno alentado por el Decreto "Unitatis redintegratio" del Concilio Vati­cano II.

  - 1940. Movimiento de  Comunidades de base.

   Se llamaron así más tarde, pero su nombre original fue el de comunidades de vida cristiana. Fue intento de superar las estructuras parroquiales en los centros o ambientes masificados o imposibilitados para la relación interpersonal por la distancia u otros factores.
   El deseo de una comunicación fraterna regida por la caridad y no por la liturgia formal, es lo que definió estas comunidades muy diversas en todo orden.
   Su abanico de preferencias fue desde la ruptura y la posterior deriva hacia los grupos políticos de izquierda y a la formación de fraternidades o cofradías deseosas de promover la convivencia.

   - 1948. Cursillos de cristiandad.

   Nacidos en Mallorca y difundidos por todas las Diócesis españolas y por Suramérica fue un movimiento de reacción espiritual para cristianos adormecidos. Pronto entró en mundos tan diversos como los rurales y los universitarios, los seminarios y las fábricas o las oficinas, los jóvenes y los hombres y mujeres amas de casa y las personas de la tercera edad.
   Y apoyados en técnicas de convivencia y de trato personal, se extendió con dinamismo creciente desde la segunda mitad del siglo XX. Sus predilectos fueron los alejados a quienes Dios llama de la manera mas inesperada. Su retaguardia fue la plegaria personalizada por personas en proceso d reflexión. Su ideal fue la conversión sincera de los que se reencuentran con Dios y con los hermanos. Su metodología, el encuentro de dos o tres días especialmente preparados. Su resultado fue una nueva simpatía y una vivencia de fe permanente.
  
  - 1948. Movimiento de los focolarinos

  Llamado también Nueva Generación (NG). Fundado por Chiara Lubich en plena guerra mundial en Trento, los focolares fueron intentos de vivir el amor de Dios en medio de los odios que entonces se respiraban. Pusieron a María Virgen como ideal y pronto comenzaron a celebrar encuen­tro que denominaron "mariápolis" y formaron hogares ­de convivencia que denominaron "focolares".
    Se extendieron con profusión por Italia, España y Suramérica. Cultivaron la espiritualidad comunitaria e hicieron del amor al prójimo su signo distintivo. Los escritos de la Fundadora fueron iluminadores para el movimiento.

  - 1950. Movimiento bíblico.

  Surgió a mediados de siglo y no se articuló en ninguna forma concreta que no fuera el amor a la Biblia y las diversas experiencias de estudios de la Escritura Sagrada.
  Fue el movimiento que más se acercó a las diversas confesiones cristianas que, a pesar de interpretar los textos según sus postulados previos de grupo, se encontraron en la plataforma amplia del Evangelio sobre todo y en los demás textos del Viejo y del Nuevo Testamento.
    El mejor fruto del movimiento fue el deseo de tener buenas traducciones bíblicas a lo que contribuyeron las versiones directas hechas en el siglo XX.
    Rápidamente se arrinconaron la milenaria versión de la Vulgata entre los católicos y la luterana entre los evangélicos. También floreció en movimiento en los numerosos grupos bíblicos de oración y estudio que surgieron sobre todo en las parroquias católicas.

   

 

 

  - 1954. Comunión y Liberación.

  Fue iniciado por L. Giussani, profesor de nivel secundario y tuvo por primera inten­ción dar un cauce a la vida cristiana de los jóvenes. Se denominó al principio "Juventud estudiantil". Intentó superar la teología de mediación y la ascética de sacristía y dinamizar la fe mediante el compromiso abierto al mundo, de modo que el joven se identifique con el entusiasmo del evangelio y no con la normativa de la Iglesia institucional.
  Con todo no quiere presentarse como modelo de ruptura o rebeldía, sino poner el tono espiritual en lo esencial: la eucaristía y la oración como iniciación que ofrecen alimento sólido al espíritu, para llegar a la madurez de la fecundidad mediante la evangelización y el servicio de caridad.
  Desde los ambientes italianos en que surgió se ha difundido por todo el mundo latino de Europa y Suramérica.

  - 1958. Movimiento del mundo mejor.

   Organizado por el jesuita Padre Ricardo Lombardi y bajo consignas recibidas de Pío XII, trató de sembrar cierta necesidad de mejora, de bondad y de solidaridad internacional que venciera las gran­des lacras de la postguerra mundial: opresión en los países comunistas, capita­lismo agresivo en Occidente, deterioro de la situación de pobreza en Africa y en Suramérica, crecientes tensiones en Asia.
   El movimiento se extendió por un centenar de países. Acogido con afecto por los Pontífices, entró en crisis cuando Lombardi propuso la reforma de la Curia Romana y Juan XXIII lo rechazó. El "Centro de la Iglesia Pío XII", en Roma, sigue siendo el elemento de referencia del movimiento.

  - 1964. Movimiento neocatecumental

  Iniciado por el artista Enrique Argüello en los suburbios de Madrid, juntamente con Carmen Hernández, se transformó en poderosa corriente con estilo propio caracterizado por un nuevo catecumenado sobre todo familiar para renovar la fe.
   Pronto lo dirigentes perfilaron un plan de pastoral evangelizadora con ideas polarizadas en palabras cautivadoras: kerigma, promesas bautismales, catecumenado nuevo, caridad, misión, envío, sacerdocio de servicios, etc.
   Con habilidad supo el movimiento articularse en vías de compromiso y colaboración, incluso económica, lo que le permitió construir sus propios seminarios para tener sus propios sacerdotes.
  También se interesó por hacer y sostener grandes centros, como el de Galilea en Israel, para formar a sus dirigentes, vincular a familias enteras y no sólo a individuos.
   El apoyo incondicional de Pablo VI y sobre todo de Juan Pablo II junto con algunos jerarcas de la curia romana le tiñó de cierto conservadurismo en la segunda parte de su existencia que, inclu­so para muchos de sus miembros, les situó en los umbrales del integrismo religioso.
   A pensar de ello es innegable su gran difusión y su gran resistencia al desgaste que suele acompañar a toda experiencia nueva.

   - 1967. Movimiento justicia y Paz.

   Inspirado por Pablo VI que en 1967 estableció una comisión pontificia con este nombre para fomentar la doctrina de que sin justicia no puede haber paz.
   En España adquirió cierta independencia de las Diócesis con los estatutos de 1997, aunque en principio fue un movimiento de Iglesia oficial. Sus actuaciones se movieron con cierta actitud independiente a mitad de camino entre la autonomía y la rebeldía.
   En general la inquietud por el tercer mundo de Africa y Suramérica, así como la atención intensa hacia los marginados, emigrantes y perseguidos de distintas partes del mundo dio apariencia en ocasiones de que el movimiento se aferraba a cuestiones y estrategias políticas y en actitudes antropocéntricas más que planteamientos evangélicos y eclesiales.
   Sin embargo, su objetivo se fue cumpliendo durante décadas al hacerse presente sus miembros en problemas y conflictos para hacer oír la voz del movimiento en medio de otras instancias sindicales, partidistas o simplemente sociales.

    -  1989. Movimiento cultural cristiano.

  Iniciativa de diversos laicos que trata de comprometerse en actitudes políticas militantes, desde la neutralidad y la exi­gencia del respeto al pluralismo y a la conciencia individual. Aboga por el voto en blanco como expresión de su opción política y moral. Se orienta por la solidaridad con los pobres y marginados. Se siente reclamado por las "causas vivas del mundo”: hambre, paro, esclavitud infantil, comercio bélico, discriminación de la mujer. Quiere armoni­zar independencia partidista y cultura cristiana. Se muestra agresivo y defiende actitudes como las campañas del 0,7%, el comercio justo, la acogida de emigrantes, la tolerancia, la paz sobre todo. Tiene alguna editorial, como ZYX, para promover sus ideales y sus documentos.

  - 1966. Movimiento familiar cristia­no.

  Surgió en España de la fusión de "los Equipos Pío XII", de la "Obra Apostólica Familiar" y de otros movimientos familiares. Pretende descubrir, vivir y transmitir los valores cristianos fundamentales de la familia, tales como la vocación del laico casado, la fuerza salvadora del Sacramento del Matrimonio, la vivencia de la fe cristiana en el marco de la familia, la prioridad de la familia como Iglesia Doméstica y transmisora de la fe.
   El Movimiento Familiar Cristiano ofrece una espiritualidad y una mística que arranca del Evangelio de Jesús y se vivencia en el Sacramento vital del Matrimonio cristiano.

   Otros movimientos.

   Han surgido frecuentes actitudes renovadoras y deseos de mejora en diversos terrenos o tareas eclesiales. Se habló desde hace décadas de diversos movimientos generales y concretos: movimiento litúrgico, movimiento bíblico, movimiento catequético español, desarrollado desde 1960, movimiento catequístico surameri­cano, que se dio desde Medellín en 1969 y se reforzó en Puebla en 1979.
   Hubo Campañas, como la del Padre Peyton en favor del Rosario en Familia o la que pedía la aportación del 0,7% del P.N.B de cada país, enviado por cada Estado a obras de desarrollo en apoyo del tercer mundo. La del Rosario fue campaña o movimiento de piedad. La del 0,7% fue prioritariamente social. Pero ambas se hacia por "motivos evangéli­cos, aunque eran tan diferentes.
   Unos fueron eminentemente movimiento de Iglesia. Otros eran, y son, iniciativas de grupos laicos, pero acogidas con simpatía por los católicos del presente.
    Lo importante de cualquier movimiento, campaña, grupo o reclamo es que la Iglesia sigue moviéndose y donde hay movimiento hay vida. Si alguna vez se apaga, entonces llega la muerte y eso no puede acontecer mientras la Iglesia tenga con ella a su divino Fundador.