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Cristianos que vivían en el territorio árabe y, a pesar de su fe, adoptaban costumbres, estilos, lenguajes y formas árabes. A pesar de todo conservaron en lo posible su lenguaje, su arte en sus templos y oratorios y también su liturgia.
La liturgia mozárabe tuvo también sus formas propias. A pesar de la reforma del Concilio de Trento, logró permanecer en una capilla de la Catedral de Toledo y en otra de Sevilla, con su música, sus ritos y sus plegarias propias.
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