Música
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       Lenguaje sonoro que se ajusta a determinadas condiciones de armonía, ritmo y belleza que lo convierten, después de la palabra, en el medio de comunicación y expresión más natural en los hombres. La música supone organización y distribución de sonidos armónicos. Todas las sociedades y en todo los tiempos se ha cultivado por los que las formas, estilos y preferencias han sido múltiples en todos las culturas y tiempos.
   En la cultura occidental se define la música como combinación de sonidos con variedad de intensidad, tono y ritmos para producir armonía en su constitución, belleza en su valoración y agrado en su audición. No es fácil definirla. Resulta más asequible disfrutarla. Por otra parte los criterios musicales varían según las variables de armonía, agrado, ritmo o técnica. En cada entorno cultural el lenguaje musical, como acon­tece en el de la palabra, tiene su contexto propio y original


    

 

   El ritmo reiterativo de los tambores africanos no serían música para muchos, como no lo serían los tonos con que los musulmanes entonan el Corán o los promotores de música llamada "moderna" juegas con sonidos estridentes que conmueven a los oyentes. Sin embargo en quienes viven y conviven en ese contexto sonoro se siente agradados y sor­prendidos y no dudan de su belleza.
   Sea de ello lo que sea, lo cierto es que la música desempeña variedad de funciones: comunicación, expresión, admiración, evasión, creación, participación, rememoración, también relajación y descanso.
   Se suelen diferencias tres estratos en la música. El primero es el de la música artística o clásica, que es compuesta e interpretada por profesionales y que suponen capacidad técnicas elevadas y recursos específicos. El segundo es la música folclórica que reclama participación espontánea y sencilla y es asequible a grupos sin recursos, pero que repiten formas agradables y diferenciadoras de una colectividad, pueblo, región o grupo social.
   El tercero es el de la música técnica o comercial, producida para llevar sonidos preferidos a posibles clientes. Es inter­pretada por profesionales, grabada por técnicos, comercializada por redes, difun­dida emisiones de radio, televisión, discos, filmes y por la imprenta.
   En la música se combinan varios elementos: el tono, el ritmo, la conjunción de instrumentos con los que se produce (la melodía) y la acogida de los oyentes.
   Cuando a los sonidos instrumentales se añade la voz, o cuando se realiza sólo con la voz, se habla de la canción, que es música por el sonido y lenguaje verbal por las expresiones.
   Los modos de "escribir" o consignar por escrito los sonidos han variado con los siglos, llegando a crear formas ingeniosas, como son las líneas horizontales (de 5 en la normal, pentagrama; de 4 en el gregoriano, tetragrama; de 6, hexagrama, en ocasiones). En ellas se sitúan notas o signos sonoros: negras, redondas, corcheas, semicorcheas, fusas, semifusas; y otros signos especiales: sostenidos, bemoles, claves, calderones y otros. Se consignan sonidos en forma graduada (escalas), en función de distancias uniformes (tono o semitonos), reflejando claves sonoras que se interpretan de diversas formas (escalas cromáticas o acromáticas, diatónicas y otras).

   La música se realiza con variedad de instrumentos, los cuales se han ido inventando a lo largo de los siglos, y con variedad en diversos pueblos: palos, cascabeles, flautas, guitarras, violines, tambores, platillos, pianos, órganos y una legión de artilugios sonoros.
   Unos son de cuerdas, otros de aire, unos de percusión, otros de digitación, unos individuales u otros compartidos.
   La música se utiliza en todo el mundo para diversas actividades: acompañar, festejar, alegrar, lamentar, impulsar, serenar. Por eso hay música de diverso tipo: amorosa, militar, social, política, comercial, religiosa.

 

   

 

 

 

   Al ser un lenguaje social universal, la música reclama un educación en las formas más selectas y socialmente interesantes. Pero supone también un uso en educación, como es el caso de la forma­ción religiosa.


   Hay música que es estrictamente religiosa, como la que se reserva para cantos de Iglesia, como es el gregoriano. Pero hay música social y popular que puede ser usada como apoyo o como expresión en cualquier actividad de formación religiosa. Por eso la música se cultivó tanto en las plegarias y en los actos religiosos, intentando caminar en ella al ritmo los tiempos religiosos del año: navidad, cuaresma, pascua, peregrinaciones, matrimonio, exequias, himnos hagiográficos, plegarias, etc.