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Conjunto de habitantes que viven un territorio bajo una ley, una tradición, una cultura y una conciencia de unidad. En cuanto se halla unificada por una ley común se hace referencia a "Estado" (unitario, federal, asociado). Con perspectiva geográfica de originalidad se suele hablar de "País". En la medida en que unidad afectiva y moral heredada de los padres se alude a "Patria".
La nación, en cuanto comunidad humana, ni se forma ni se disuelve por la mera acción violenta de un momento o de unos pocos. Supone tiempo de integración y las realidades nacionales han ido evolucionado con el tiempo.
Precisamente por ser comunidad humana implica un respeto a las leyes que la rigen, una forma de gobierno o de organización (Monarquía, república, democracia, dictadura, teocracia) y unos deberes mutuos de respeto, cooperación, conciencia de unidad, tolerancia, igualdad, justicia y libertad, en los cuales deben ser educados todos los ciudadanos de forma progresiva.
La nación es una expresión de la condición social de los hombres. Por lo tanto está vinculada con el Creador, que ha hecho al hombre solidario. Es evidente que la organización de cada nación o la misma distribución de las naciones en el mundo no es efecto de una acción positiva de Dios, por lo que la distribución puede variar con los avatares de la historia y la voluntad de los ciudadanos.
Pero no es menos evidente que los medios injustos de producir cambios y transformaciones nacionales (guerra, invasiones, coacciones, terrorismo), aunque hayan sido tan frecuentes en la historia no responden a los planes de la Providencia, que saca beneficios para los hombres de sus mismos hechos delictivos, como afirma S. Agustín en la Ciudad de Dios.
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