Neurosis
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       Perturbación de naturaleza orgánica con efectos inmediatos y múltiples en la esfera psíquica, por tener su centro de desajuste en el sistema nervioso cortical. Las neurosis puede ser muchos tipos (depresivas, de comportamiento esquizofrénicos, agresivas, obsesivas, fóbicas, etc.); pero el común denominador de todas ellas es la ansiedad, causa de angustia para el individuo y de perturbación para el grupo en el que vive por el comportamiento inadaptado que genera.
    El psicoanálisis adoptó este término y lo valoró en exceso. Con todo se emplea también en otras actuaciones psiquiátricas, ordinariamente aludiendo más a una lesión de funcionamiento que de constitución.
    En algunas escuelas se distinguen tres estructuras clínicas neuróticas: neurosis simples, psicosis y perversiones
    En la Clasificación de Enfermedades Mentales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la neurosis no es definida como enfermedad mental, aunque incluye en este trastorno aspectos relacionados con alteraciones nerviosas. Lo sitúa más bien como desajuste y trastorno de comportamiento. Pero permanece la duda de si tiene un fuerte componentes mental y de alejamiento de la realidad y de la norma­lidad perceptiva.
   Entre las manifestaciones neuróticas, algunas de las más frecuentes son:
     - Crisis de angustia, que se manifiesta por episodios de pánico, con repercusiones orgánicas: arritmias cardíacas, palidez, sudoración, náuseas y hasta desmayos.
     - Las fobias o antipatías y miedos desmedidos ante objetos, seres o situa­ciones, que condicionan la conducta.
     - Obsesiones compulsivas, que se mani­fiestan por la fijación afectiva a objetos, personas o comportamientos que absorben la fantasía. Esto impide el razonamiento sereno o lo promueve sólo en dirección parcial o sectorial.
   - Distorsiones de personalidad que originan desajustes de la percepción del yo, ya en general referencia a todo lo personal, ya en determinados rasgos que se aumentan o se empequeñecen: megalomanías, inhibiciones, desdoblamientos, infravaloraciones, etc.
   En el terreno religioso las neurosis conducen a desajustes en el terreno de las creencias o en desproporcionadas perturbaciones morales: miedos espirituales, complejos traumáticos de culpabili­dad, rigidez moral, fanatismo, escrúpulos, devociones polarizantes, desesperación, en ocasiones propensiones suicidas, etc.
   Las neurosis de todo tipo, en sus formas benévolas se compensan con la reflexión o con la sublimación, mediante actividades distractivas o descongestionantes. Pero, si el grado de afección es intenso, sólo con adecuadas terapias especializadas pueden ser amortiguadas parcialmente. Las técnicas del psicoanálisis, la psicoterapia persistente o las fórmulas clínicas o farmacológicas de modificación de conducta, sólo se pueden aplicar médicamente, y no siempre con garantías de acierto o de eficacia.