|
Masa vaporosa de agua que pueblo los firmamentos de toda la tierra, en diversas formas geográficas (cirros, nimbos, estratos). Pero también es un símbolo de la presencia de la divinidad en la mayor parte de las religiones orientales.
Los israelitas, al salir de la cautividad de Egipto, llevaban la presencia de Dios en la nube que precedía su camino por el desierto (Ex. 13.22 y 14.20). Y temblaron ante Yaweh que se apareció en medio de una nube brillante en el Sinaí (Ex. 1.16; y Juec. 5.4; Ez. 1.4)
Por este motivo también las nubes estuvieron asociadas a las diversas manifestaciones divinas en la Biblia: Is. 19. 1; Salm. 104.3 2; Salm. 22. 12; Ecclo. 35. 16; Sof. 1.15. En estos y otros textos se advierte que lo cosmológico está muy asociado a lo religioso, como no podía ser por menos en una religión de cuyo oriental y llena de influencias babilónicas, persas y asirias.
Las nubes, como otros accidentes geográficos: astros, montes, vientos, valles, campos de cultivo, lluvia y tormentas, puede ayudar mucho a, en clave simbólica, a acercarse a los misterios religiosos y las enlaces entre los hombres y Dios.
|
|
|
|
|