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Es la figura más representativa de los tiempos antiguos, hasta la llegada de S. Agustín, por su erudición portentosa, por su fe ardiente, por su influencia indiscutible en todos los escritores posteriores. Sus escritos, sus ideas y su criterios teológicos fueron persistentemente citados y en ocasiones discutidos por todos los escritores posteriores en los ámbitos cristianos
1. Vida
Nació en Alejandría el 185. De apellido Adamantius, fue educado como cristiano por su padre Leónidas. Se dice que tuvo que ser refrenado y forzado por su madre y familia, para que no se presentara al martirio, cuando en el 202 asesinaron a su padre durante una persecución.
Quedó al frente de la familia, madre y seis hermanos, y hubo de trabajar como "maestro gramático" una vez que se confiscaron los bienes de Leónidas.
Según la tradición, fue discípulo de Clemente de Alejandría y aceptó el reclamo de su Obispo de actuar como catequista: animador de perseguidos y instructor de catecúmenos y, probablemente, enseñar en la escuela que ya funcionaba.
En la escuela se dedicó a enseñar "cosas humanas y divinas" y la transformó en un "didaskaleion" o centro de enseñanza, llegando a ser célebre en todo oriente y estando abierta a paganos y cristianos, a mujeres distinguidas y a jóvenes que venían de otras ciudades atraídos por su fama y erudición. Allí, sin ser presbítero, enseñó durante 28 años.
2. Su obra magnífica
En Alejandría escribió sus principales tratados dogmáticos y emprendió sus numerosas obras críticas de los varios centenares que se le atribuyen, aunque muchas se hayan perdido.
Entre las primeras sobresale un tratado de juventud: "De los principios"; en él hace alarde una admirable capacidad de organización y síntesis. Da cuenta de los grandes principios cristianos: Dios, Providencia, libertad humana, las almas, la salvación, la naturaleza del Verbo divino y su encarnación en Cristo Jesús.
Pronto centró su atención en los textos bíblicos del Antiguo Testamento y preparó una obra con el texto sagrado comparado y distribuido en seis columnas (hebreo, hebreo transliterado al griego, versiones de Aquila, Símaco, Teodosio y Luciano). Recibió el nombre de las "Hexaplas" (seis columnas).
De esta obra monumental, que lastimosamente sólo ha llegado en fragmentos a la posteridad, es de donde más citaciones a Orígenes se hicieron en todos los tiempos. Se sabe que Constantino mandó hacer 50 copias de ella.
Además multiplicó Orígenes diversos "Comentarios bíblicos", en los cuales predomina el método alegórico y las explicaciones metafóricas y parabólicas.
Realizó diversos viajes a Palestina, a Roma y tal vez al Asia, a la Capadocia. Pero la tranquilidad y el prestigio que revestía su tarea en Alejandría se vio interrumpida de improviso.
En 231, sin que estén claras las causas, hubo enfrentamiento con el Obispo Demetrio. Orígenes había sido autorizado a predicar en la Iglesia de Cesarea siendo laico, lo que mereció una protesta de su Obispo de origen cuando lo supo. Tal vez fue ello lo que le llevó a ser ordenado sacerdote, lo cual hizo también sin el consentimiento de su Obispo. Fue expulsado prácticamente de Alejandría y hubo de instalarse en Cesarea de Palestina.
Allí, bajo la protección del Obispo local, admirador suyo, pasó los últimos 20 años de su vida. Siguió enseñando, predicando y atrayendo oyentes. De ese tiempo han quedados diversas "Homilías". Se conocen 574, de las que nos han llegado íntegras en griego sólo 20 y otras 388 en traducciones y fragmentos.
Son vigorosos sus "Diálogos", algunos contra determinados herejes que surgieron en la región. Se conserva el "Diálogo con Heráclides", que tal vez sea el mejor estructurado y conocido. La mejor de las apologías lleva por título "Contra Celso", que es una larga y razonada obra ideológica contra este influyente filósofo platónico de Alejandría, el crítico más documentado contra el cristianismo.
De todas las obras de Orígenes, algunas han sido paradigmáticas en su pensamiento, como en la "Exhortación al martirio", o el "Tratado de la oración". Pero la mayor parte se pierde en la enorme lista de temas, citas, problemas, controversias y tratados, que de su portentosa pluma fueron manando.
3. Influencia
Ningún escritor antiguo, cristiano o pagano, llegó a hablar de tantos temas, tan claramente y tan fecundamente y hacer tantos planteamientos diversos.
Esta fecundísima vida no podía por menos que coronarse con lo que tantas veces había predicado y deseado
Hacia el 249 se inició la persecución del Emperador Decio. Entre los diversos personajes ilustres apresados y torturado en Palestina estuvo Orígenes. Parece que recorrió diversas cárceles, desde Cesarea hasta Tiro. Sufrió vejaciones y en ocasiones atroces flagelaciones que fueron minando su resistencia. Muy debilitado por las heridas, murió hacia el 254, probablemente en Tiro.
La influencia de Orígenes fue inmensa, como exégeta, como apologista y como teólogo, Pero también lo fue como catequista y formador de cristianos influyentes.
Además, Orígenes fue el iniciador del método alegórico o tipológico para la interpretación de las Escrituras, el cual con diversas formas y estilos irá renovándose periódicamente en la Historia de la Iglesia hasta nuestros días.
Filósofo de orientación platónica, trató de combinar la filosofía griega y la religión cristiana y abrió el camino para todos los escritores de Oriente y para algunos de Occidente, como S. Agustín.
Desarrolló la idea de Cristo como el Logos o Palabra encarnada, que está con el Padre desde la eternidad, pero también dio una visión de Cristo como Verbo encarnado, sin poder en su momento dejar clara lo que luego elaboraría la teología de Nicea y de Constantinopla. Enseño también, como no podía ser de otra forma, la preexistencia de las almas y su iluminación directa por Dios.
A pesar de sus limitaciones, ninguna figura antigua pesó tanto en los Padres y en los escritores hasta la llegada de S. Agustín siglo y medio después.
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