Padrinos
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     Diminutivo de padre que se aplica a las personas que protegen en lo material o en lo espiritual a otra persona.  En sentido general es el que hace las veces de padre en un litigio, en un negocio o empresa, en una necesidad. El equivalente femenino es madrina.
    Pero por excelencia y por historia, padrino es la persona que sale fiadora y se compromete a ser formadora del que recibe el Bautismo y va a necesitar ayudas espirituales, morales y hasta materiales durante su formación. Es probable que la figura surgiera en la Alta Edad, hacia el siglo VII, al bautizarse los nuevos cristianos que procedían de los am­bientes bárbaros sin catecumenados previos. Se les asignaba alguien que pudiera, luego del Bautismo, asegurara su míni­mo de formación cristiana y ayudara o reemplazan a los padres en tal tarea.
    En este sentido la Iglesia se preocupó por dar normas y poner exigencias básicas para este ministerio cristiano. Hoy esas normas están contenidas en el Código de Derecho Canónico, en donde se habla del padrino y de la madrina y se señalan algunas exigencias mínimas:
      - El del Bautismo (cc. 872-874) tiene por fin "asistir al adulto que se bautiza y, juntamente con los padres, presentar al niño a la Iglesia  y procurar que después lleve vida cristiana".
      En lo posible debe ser elegido por el que se bautiza, tener 16 años cumpli­dos, ser católico,  estar confirmado, ser distinto de los padres y ser consciente de la responsabilidad cristiana que asume.
     - El de la Confirmación (cc. 892-893), por analogía, asume las mismas obliga­ciones y procurar que el confirmando "se comporta como verdadero testigo de Cristo y cumpla fielmente las obligacio­nes inherentes al sacramento".
   Se requiere las mismas condiciones que para ser padrino del bautismo, y si es posible, debe ser el mismo.
   Los demás padrinos en sentido religio­so, del matrimonio, de la ordenación sacerdotal o profesión religiosa, se denominan tales por analogía, pero su función es la de ser simples testigos de la acción religiosa, pero sin otras referencias religiosas o morales.