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Sistemas teológico y filosófico que más o menos explícitamente identifica con la esencia divina la realidad interior de todas las cosas terrenas. En la infraestructura de toda actitud panteísta (pan, todo, theos, divinidad) se encuentra una resonancia hinduista y búdica, en donde la divinidad se hace materia por emanación (emanatismo) y termina reclamando hacia su ser todo lo existente (nirvana), después de un proceso o circuito terrenal.
Panteístas han surgido con frecuencia en la Historia del pensamiento filosófico y teológico, tal vez por el atractivo metafísico que lo divino ejerce en el hombre.
Entre los antiguos pensadores con resabios panteístas se pueden citar al judío Filón de Alejandría (25 a C.- 50), a Amonio Sacas (175-242) y al griego instalado en Roma Plotino (203-269).
Entrada la Edad Media, figuras como Escoto Eriúgena (810-877), Bernardo de Tours (+ 1150) y, sobre todo, Juan Ekhart (1260-1327) claramente vieron la sustancia divina en los seres del mundo.
Exageradamente lo fueron el renacentista Giordano Bruno (1548-1600), el racionalista Benito Spinoza (1632-1677), el místico iluminista Antonio Rosmini (1797-1855) y acaso el genial antropólogo Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) con sus perspectivas teocósmicas del hombre y de la vida. El panteísmo es una tentación sutil de los pensadores, aunque es fácil deshacerse de él con sólo reflexionar un poco sobre lo ingenuo que resulta.
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