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Sinónimo de protección, cuidado y ayuda que se espera de un santo o de una persona en este mundo.
Los más celebrados, incluso litúrgicamente, entre los patrocinios han sido el relacionado con la Virgen María, que se celebró en España y la América española desde la petición de Felipe IV y la concesión de Alejandro VII por la bula "Praeclara Christianissimi" del 28 de Julio de 1656. Luego se extendió a otros lugares de la cristiandad.
El patrocinio de San José, por ejemplo, es el más divulgado. Se basa en la persuasión de que, por ser al padre putativo (putare, suponer en latín) de Jesús merece una atención especial de Dios. El Señor otorga especiales beneficios a quienes se los demandan en su nombre.
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