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Texto bíblico, de sentido y contenido unitario, que se leía y lee en las asambleas litúrgicas y se presta a un comentario (homilía) con unidad de planteamiento y de reflexión.
La costumbre de leer la Biblia en las sinagogas israelitas después de la Cautividad, antes de la explicación del Rabino de turno, hizo que se organizara la lectura en perícopas o unidades. Algunos documentos se conservaron de esta forma. Así, el Pentateuco (La Torah) estaba organizado en 154 perícopas (en hebreo "sedarim"). Con el resto de los Profetas (Nebi'im) se llegaba a 446 perícopas. Pero la organización de esa "lectio continua" variaba según la comunidad de la diáspora (dispersión), de modo que se conocen diversas planificaciones locales (Babilonia, Alejandría).
Los judíos siguieron con la costumbre escribir el texto bíblico en esas unidades litúrgicas que facilitaban la lectura en la sinagoga. Luego asumieron en muchos lugares divisiones similares a los capítulos (siglo XII) y versículos (siglo XIV) que usaron los cristianos.
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