Personalidad
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          Es un concepto psicológico y dependiente, y en parte derivado, del concepto de persona. Se puede entender como la "conciencia de ser persona", de ser hombre singular, libre, y de ser origen del conjunto de rasgos activos y dinámicos que se desprenden de ese concepto.
   Los psicólogos modernos han diferenciado y discutido, según sus propios presupuestos, el concepto de persona, uno de los más complejos en las ciencias del hombre.
   El personalismo psicológico de Gor­don Alport la identifica con "el conjunto de rasgos psicobiológicos que mueven al hombre a situarse adecuadamente en su medio" (La Personalidad. Cap. 1). Es definición que no dice lo que es, sino lo que produce. Y, al decir rasgos y ver la persona como una integración de ellos, obliga a buscar una referencia o punto central que es el yo (la conciencia de identidad) y una serie de elementos derivados del yo (actitudes, predisposiciones) y configurados por las facultades radicales de le hombre: la inteligencia (valores, criterios, ideas), la voluntad (opciones, motivos, adhesiones) y la afectividad (intereses, sentimientos).
    La religiosidad y los valores o rasgos espirituales no se pueden entender fuera de los conceptos psicológicos nacidos de la idea de personalidad y de los rasgos que manifiesta el hombre.
   También conviene recordar que el concepto de personalidad se emplea con frecuencia en un sentido sociológico de representación o de identificación. Tener personalidad social o ser una personalidad es reflejar una dignidad o reclamar una atención que supera todo lo que re­sulta ordinario y vulgar.
   También en el lenguaje religioso se habla de personalidades en cuanto se alude a personas concretas que resaltan en la colectividad por su cultura, por su autoridad, por su eco social o por su dignidad espiritual. Personalidad especial es la de los Obispos y la del Papa, por su significación en cada lugar concreto unos y en la Iglesia Universal el otro.