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En sentido un tanto despectivo, exagerada actitud piadosa que domina el pensamiento y la conducta de forma absorbente, incluso con atrofia del propio juicio o y de la propia libertad.
También se denominó así a un movimiento religioso protestante, con muchas resonancias pedagógicas, que se desarrolló en Centroeuropa, sobre todo por influencia del pensador Jacobo Spenser (1635-1705). Se pretendió cultivar una religiosidad primitiva, afectiva y popular. Se orientó a hacia un rigorismo ético, rechazando placeres y diversiones y exigiendo una intensa vida de ascesis y oración. En algunos extremistas el movimiento se cultivaba la mística exaltativa, con visiones y profecías y sobre todo amenazas espirituales.
En los ambientes en que triunfó se organizaron escuelas pietistas, cuyo único fin era reprimir a los niños para que no pecaran. Hermann Francke (1663-1727) fue el pedagogo que exageró las ideas de Ratke y de Comenio. Creó una red de escuelas con una religiosas rayana en lo enfermizo, si bien es digno de reconocer la inquietud científica elevada que se tenía en las aulas, con el fin de mantener ocupados a los alumnos y evitar así sus deslices morales.
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