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Creación literaria que es capaz de imprimir en el lenguaje oral o escrito ritmos y rimas que lo hacen armonioso y agradable. De manera especial conviene analizar y aprovechar en la educación cristiana la poesía bíblica, que se halla en los Salmos, en los Himnos, en el Cantar de los Cantares, en diversos fragmentos proféticos expuestos en forma de deprecaciones estróficas o en los sapienciales que se formulan de manera original en la expresión de los postulados.
Conviene recordar que la poesía bíblica original se formuló en hebreo y por eso resultan transportables a otros idiomas modernos o antiguos los mensajes que contiene, pero no los lenguajes estéticos que dependen de variables intransferibles.
Por eso nunca entenderemos el ritmo de un Salmo, salvo que dominemos perfectamente el hebreo. Y aún así, es probable que lo que resonó en la corte de David mil años antes de Cristo no sería equivalente a los que los judíos del mundo recitaban en la época medieval del primer milenio. Sin embargo los sentimientos y metáforas del Cantar de los Cantares o las resonancia de Job, los himnos de la Cautividad o las plegarías e imprecaciones de los profetas, sí serán asequibles en cuanto a contenido.
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