Rapidez desmedida en realizar acciones o tomar decisiones, más allá de lo recomendable por una prudente reflexión y por el conveniente cálculo de conveniencias.
La precipitación se opone a la ponderación, a la mesura y a la serenidad. Y no es contraria a la rapidez de reflejos mentales, a la oportunidad y a la decisión y firmeza de las acciones personales.