Primicias
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    Lo primero que se obtiene en los frutos de la tierra o en los dones que se recibe. Siempre lo primero tiene una significación singular de sorpresa, de alegría y de afectuosa satisfacción.
   En la Escritura se habla de "Diezmos y primicias" reservados a Yaweh (Ex. 23. 19 y 34. 26; Ez. 44.30; Deut. 26. 1-4 y 26. 5-10; Num. 15. 17-21). La idea estaba muy clara para el pueblo israelita: "Cuando hayas entrado en la tierra que el Señor tu Dios te dará en herencia... tomarás de todos los frutos de la tierra las primicias, las pondrás en una cesta y las llevarás al lugar elegido y las ofrecerás al sacerdote." (Deut. 26.1)

Y en el Nuevo Testamento se hará con frecuencia referencia a esta actitud, pero curiosamente aludiendo más a los diezmos, según la costumbre nacida de Abraham, que se los dio a Melquisedech (Gn. 14.20), que a la primicias, las cuales no se citan en sentido cultual. Sólo se habla en sentido traslaticio, aplicando la idea a Cristo (1 Cor. 15.20-23), al espíritu (Rom. 8.23) o a los cristianos (1 Cor. 16.15; Sant. 1.18 y Apoc. 14.4). Sin embargo, la idea de diezmo cultual se recuerda repetidas veces: como condena a los fari­seos: Mt. 23.23 y Lc. 11.42; Lc. 18.12; o como recuerdo de Abraham: Hebr. 7.2-9