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Abstracción del concepto príncipe y por lo tanto prerrogativa general que tiene el rector primero de una comunidad. En general se llama príncipes a los hijos de los reyes y el principado puede también entenderse como la cualidad de pertenecer a esa categoría.
De forma análoga se denominan "Principados" (arjés) a las potencias angélicas, paralelas a las "Potestades", (exousias) con que Pablo describe a los espíritus angélicos: Ef. 1.21 y 3.10; Col 1.16 y 2.10. Pero los textos paulinos a veces aluden con este término a los principados infernales (Ef. 6.12 y Col. 2.15), reflejando el antropomorfismo de que los ángeles y los demonios tienen jefes, príncipes, que mandan más que los subalternos pues éstos les obedecen.
A veces también se alude en los textos a los principados terrenales: 1 Cor. 15. 24. Es decir, se refieren a las fuerzas sociales o a los centros de poder en un Imperio Romano intensamente organizado y jerarquizado. En Rom. 8.38 aparece la expresión, sin referencia a otras paralelas (arjai: principados), como lo que "jamás podrá separarnos del amor de Dios" y se duda si se refiere a los ángeles, a los demonios o a las autoridades de la tierra.
En la tradición de la Iglesia este tipo o grupo de ángeles ocuparía el 7º grado de los coros celestes, hablando al estilo del PseudoDionisio Areopagita en su libro sobre "La jerarquía angélica", aunque la terminología resulte ya poco compatible con la teología reciente
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