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Cualidad que tienen los problemas, las personas o las situaciones, las ideologías, cuando se centran en temas o perspectivas trascendentales y básicas y no se quedan en aspectos fugaces, secundarios y superficiales.
En la terminología ascética se llama profundo a un hombre que vive la fe y los valores religiosos con atención preferente a lo esencial: Dios, eternidad, amor al prójimo, esperanza, salvación. Se suelen llamar "verdades eternas" a esas cuestiones que realmente condicionan la historia y la vida de las personas y de las instituciones.
Es un elemento de referencia permanente para el educador de la fe que debe recordar con sinceridad que "lo profundo permanece y lo superficial se desvanece con el tiempo.
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