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Juego de azar y de previsión de resultados en el que se apuesta una cantidad y se gana sólo parte de lo que ponen los demás quinielistas. En cuanto afecta a los juegos de azar puede ser un entretenimiento ya que la naturaleza está inclinada por sí misma a gustar la espera y la sorpresa. Pero puede ser también vicio inmoral que conlleva la pérdida de la libertad para jugar el dinero que no se debe gastar en diversiones falsas, si debe ser dedicado a cosas necesarias
La abundancia actual de los juegos de azar (quinielas, bingos, loterías,) reclama una formación de la inteligencia y de la voluntad, pues por lo general la pasión del juego actúa sobre la personalidad como los tóxicos sobre el cuerpo. Son los juegos de azar los que más suelen "enganchar a las personas de temperamento tímido e introvertido", como los de "vértigo" absorben afectivamente a las de temperamento violento.
Al crear dependencia irresistible los jugadores de fortuna, los amantes de las quinielas, se convierten en ludópatas que no pueden librarse del vicio por sí solos, sino que necesitan apoyos externos para lograrlo. Y no vale la simple reflexión por evidente que sea para quien no está enfermo. El jugador necesita cierta disciplina y sobre todo un desvío de atención hacia actividades altruistas.
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