Socialismo
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        Término que, desde principios del siglo XIX, designa aquellas teorías y acciones políticas que defienden un derecho, una economía y una política de signo intervencionista por parte del Estado. Se presenta como alternativa y oposición al capitalismo, sistema que reclama la libre propiedad y la prioritaria acción del individuo sin limitación estatal.
    Sin embargo esta polarización del término "socialismo" no es correcta, pues inquietud social y propuesta de acción justa ofrece todo sistema que respete y promueva el bien de la colectividad y armonice los derechos de cada individuo con los de la comunidad en la que vive. Tal acontece con el racionalismo, el naturalismo, el positivismo, el liberalismo, el personalismo y cuantos sistemas estudian al hombre y a la socie­dad.
    La doc­trina social católica, con la defensa de los derechos huma­nos y el respeto a la persona y a la sociedad constituye un "sistema social" mucho mejor trabado y fundamentado que los pretendidos socialismos excluyentes naci­dos en el siglo XVIII con la Ilustración y en siglo XIX con el marxismo.
    El cristianismo no es ningún sistema social o filosófico, pero implica una di­mensión social de elevado valor. Y lo mismo cabe decir de los sistemas políticos y económicos que reclaman mejor reparto de la riqueza de lo que hoy existe, mayor respeto a los individuos y a los grupos naturales y la debida protección y promoción social de los hombres.
    Los principios del socialismo cristiano se hallan en los comienzos de la Iglesia, cuando se reclamaba y se practicaba el reparto de los bienes y el desprendimiento de las riquezas individuales en favor de la comunidad (Hech. 2. 42-47).
    Algu­nos sociólogos han querido retrasar este comienzo a la Revolución Francesa y a los discursos de François Nöel Babeuf, que usó el término socialismo y promovió su difusión entre los intelec­tuales. Incluso se le quiere hacer surgir como sistema con determinados pensadores anteriores que hicieron planteamientos sociológicos originales.
    El Conde de Saint-Simon (Carlos de Secondat), el escritor Charles Fourier y el empresario utópico Robert Owen, entre otros, fueron socialistas con propuestas significativas. A Federico Engels, compañero y amigo de Marx, corresponde el haberlos llama­dos "socialistas utópicos" en su libro "Del socialismo utópico al socialismo científi­cio".
    Engels y Marx se opusieron a tales utopías y reclamaron un socialismo "científico", económico, biologista y materialista, es decir basado en leyes empíricas y en hechos políticos y productivos. Así nació el por ellos llamados "socialismo científico", convertido en marxismo como sistema filosófico y en comunismo como sistema económico. Luego se diversificó en múltiples modelos, como el de Lenin y Mao-tse-tung, que formularon y aplicaron sus ideologías radicales en sus países respec­tivos.
    El socialismo decimonónico nació con rasgos reivindicativos, proletarios, polémicos y radicales y logró dividir el mundo en dos estilos: el liberalismo capitalista y el totalitarismo estatista, pasando por abanicos amplios de sistemas más literarios que pragmáticos.
    El siglo XX conoció una proliferación de modelos socialistas convertidos en partidos políticos: obrerismo puro, laborismo, socialdemocracia, anarquismo, que entraron en crisis cuando se desintegró el soporte internacional de la URSS y sus aportes a los socialismos africanos, latinoamericanos y asiáticos.
   Al iniciarse el siglo XXI los grupos políticos socialistas revolucionarios cambiaron hacia un posibilismo pragmático. Los partidos políticos socialistas de Europa perdieron sus rasgos proletarios y, jugando con la demagogia, se hicieron simples liberalismos barnizados de inquietudes sociales. Los socialismos africanos se degradaron con tiranías tribales al servicio de las grandes multinacionales ávidas de materias primas. Los socialismos árabes se convirtieron en murallas contra un integrismo islámico de futuro impredecible. Y los socialismos asiáticos evolucionaron hacia Estados colectivistas, más capitalistas con gerontocracias dirigentes, que socialistas al servicio de los pueblos.