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Determinar una elección, reparto o decisión por la suerte. Es una posibilidad en la toma de decisiones y en el mismo texto bíblico aparece con alguna reincidencia la decisión o la designación por medio de las suertes (Num. 26.55; 1 Cron. 24.5 y 26.13; 1 Sam. 14.4; Jon. 1.7; Salm. 22.19; Dan. 12.13)
El término "suertes" (kleros) vuelve a encontrarse en el Nuevo Testamento: Mt. 15.24; Hech. 1.26 y 26.18; 1 Pedr. 5.3 Col. 1.12) Se considera una manera que tiene Dios de hablar y mostrar sus caminos, por ser El dueño de lo que acontece incluso al azar.
El problema ético es si las decisiones se pueden dejar al azar como medio más cómodo de liberarse de la reflexión que exige la ponderación y la responsabilidad y si se puede llegar a cierta superstición en la creencia de que es la voluntad de Dios lo que aflora en un dado o en una moneda si con esos instrumentos se interpela a Dios para que exprese su voluntad. Tal superstición no tiene en cuenta que Dios ha puesto la inteligencia en el hombre para discernir lo mejor.
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