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Lo que queda latente en la propia conciencia de modo que actúa en ella sin que la conciencia lo perciba explícitamente. Es lo que late por debajo del razonamiento y apenas se percibe lógicamente pero influye larvadamente en la gestación de preferencias o de opciones. Tal es la propaganda casi inadvertida, los deseos y las necesidades insinuadas no verbalmente, las situaciones o relaciones sociales que se manifiestan en otros.
Lo subliminal es real, aunque no explícito. Con arte, estrategias adecuadas y experiencia se puede organizar como influencia social. Aquí radica su dimensión ética: en que se puede convertir en influencia para el bien o para el mal.
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