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Propensión en parte de naturaleza afectiva y en parte de constitución orgánica hacia determinado objeto, persona, actuación o conquista. Las tendencias naturales permiten la supervivencia de las naturalezas animales, de modo que si no existieran ésta no sería posible.
Pero el ser humano cuenta con inteligencia, voluntad y libertad y pierde su dignidad si no se presenta como dueño de las tendencias que su organismo experimenta: posesión, defensa, conservación, reproducción, expresión, etc.
Educar las tendencias es un presupuesto de toda educación humana y del control de las inferiores depende el que se puedan desarrollar más las superiores: éticas, estéticas, espirituales, sociales, intelectuales.
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