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Término griego que alude a la ciencia, o a la simple creencia, de que las fuerzas divinas o diabólicas influyan en las facultades o actuaciones humanas. Parece que fue una tal Juliano, del tiempo de Marco Aurelio el primero en definirse como "teourgos".
En la Historia han existido diversos movimientos teúrgicos, asociados a la magia, a la superstición y a los ritos secretos, sobre todo de ascendencia oriental.
Y en la actualidad determinadas sectas esotéricas también parecen orientarse al dominio de las fuerzas divinas para ponerlas ingenuamente al servicio del hombre. El educador hará bien en estar al tanto de semejantes pretensiones y desenmascarar las supercherías.
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