Tierra
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     Muchas acepciones tiene el concepto de tierra. Van desde el sentido material de planeta que gira en tercera posición en torno a la estrella solar hasta el lugar en donde los hombres habitan y el terre­no donde los gustos se cultivan.
   En el Nuevo Testamento son 259 las veces que emplea el término tierra (ge) como morada de los hombres y como el ámbito en el que se ha encar­nado el Hijo de Dios.
   Más o menos se habla de varias formas:
      - De mundo físico y material, que con frecuencia se contrasta con el agua.
      - De lugar cercano, que se ama como patria, y se presenta como comarca que se recorre o por la que se atraviesa.
     - De suelo, o tierra de cultivo, en donde se realizan las cosechas y se plantan viñas o se labran campos.
    Pero hay otras expresiones determinadas o conceptos matizados que tienen especiales resonancias bíblicas:
      - Tierra prometida, alude a la tierra de los cananeos que Dios exterminó por sus pecados y entregó a los descendientes de Abraham por la vía de Isaac y de su hijo Jacob (Hech. 7.3;-5 y 13.19).
    Estrictamente la Tierra Prometida sería la que se describe en el libro de Josué, autor del reparto definitivo del territorio dado a los israelitas. Y desde luego poco tendría que ver con el posterior Reino de Salomón o la exten­sión territorial que gobernó más adelante Herodes y mucho menos con las pretensiones de los más extremos inte­gristas del sionismo internacional reciente.
      - La idea de "Tierra nueva" responde a la esperanza de que surgirán "según el mismo Señor tiene prometido, nuevos cielos y nueva tierra" (2. Pedr. 3.13). Es idea que queda intensamente renovada en la visión profética del Apocalipsis: "Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron." (Apoc. 21.1)
  Se hizo paso en la Teología cristiana una idea de que habrá nue­va tierra reno­vada, según parece latir también en otros textos: Mt. 5.34; Mt. 18.19; Mc. 13.27; Hech 4.24; Hbr. 1.10.
     - En la Escritura con frecuencia se llama "tierra cercana" o país a determinadas zonas con un nombre pre­ciso: tierra de Judá (Mt. 2.6), tierra de Zabulón (Mt. 4.15), tierra de Gomorra (Mt. 10.15), tierra de nadie (Hech. 7.29).
    Las expresiones que aluden a tierras concretas: comarca, ciudad, entorno, región, país, campo, contorno, etc, se multiplican cuando se habla de una tierra localizada y conocida.
   - Tierra Pura, alude a una forma de budismo Mahayana extendida en Asia orien­tal. Se basa en tres sutras sánscri­tos: el Amitayusdhyana-sutra (Meditación sobre el Amitayus Sutra) y en los Sukhavativyuha-sutras (sutras de la Descripción del Pa­raíso Occidental). Son textos del siglo I y fomentan la devoción al Buda Amitabha (o Buda de la Luz Resplandeciente), que asegura el renacimiento en un paraíso llamado la Tierra Pura. En diversas derivaciones y corrientes, ha sido el budismo más extendido en China y Japón.