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Discípulo de S. Pablo y compañero en varios viajes. Era hijo de padre gentil y madre judía. Nació en Listra, Turquía de hoy, en la región de Licaonia. San Pablo le circuncidó por motivo de los judíos (Hech. 16,3), pero después se arrepintió, pues ello no era ya preciso en el cristianismo. Pablo envió a Timoteo a las comunidades que fue estableciendo en Berea (Hech. 17. 13-14), Atenas, Tesalónica (1 Tes. 3. 1-6), Corinto, Éfeso (1 Cor. 4.17 y 16. 10). Luego le remitió a Macedonia (Hech. 19. 21-22).
Estuvo en Jerusalén con Pablo (Hech. 20. 4). Al ser apresado el Apóstol y ser enviado a Roma siguió predicando, aunque fue a buscar a Pablo a Roma y tal vez regresó a Filipo con un mensaje (Filip. 2. 19).
El Apóstol le remitió dos cartas (1 y 2 Tim) y volvió a juntarse con él en Asia Menor. Esas dos cartas son la fotografía del buen pastor de alma y han sido consideradas en la piedad cristiana como el retrato de lo que debe ser el Obispo.
Timoteo se quedó en Éfeso, en donde su figura se pierde después de la muerte del Apóstol y una vez que la persecución de Nerón ensangrentó la Iglesia. La tradición lo hace obispo de Éfeso y mártir por haber condenado un festejo pagano.
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