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En general se alude con el término a la donación y recepción de un órgano corporal de un prójimo donante ante una necesidad sanitaria perentoria. Las técnicas quirúrgicas y los tratamientos farmacológicos para evitar infecciones, combatir rechazos o mejorar compatibilidades orgánicas han progresado portentosamente en los tiempos recientes.
La práctica de trasplantes se ha hecho habitual, incluso de los órganos vitales como son el corazón, el hígado, los pulmones. No deja de plantear interrogantes éticos el hecho de poder trasplantar órganos que no sólo afectan al mantenimiento de la vida sino también a la estructura de la personalidad, como sería el caso de tejido nervioso cortical, en donde se registran los datos sensoriales que afecta a la identidad de la propia persona.
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