|
Herida que traspasa. Se suele emplear el término cuando se habla de las llagas que tuvo S. Francisco de Asís y luego mostraron otros místicos. Y también recordando el hecho místico concedido por Dios a Sta. Teresa, cuando un serafín la transverberó (atravesó) el corazón con un dardo de amor divino.
Evidentemente se hace referencia con ello a dones espirituales y místicos, no a fenómenos fisiológicos, aunque tengan sus efectos corporales, como pasa en los "llagados", o como piadosamente se explica a los que contemplan la lesión de la reliquia del corazón teresiano que se conserva en el Carmelo de Alba de Tormes (Salamanca). En cuanto hechos sobrenaturales y misteriosos es inútil pretender explicarlos como efectos psicológicos de autosugestión o de conversión somática, como a veces se ha hecho.
|
|
|
|
|