Tratamiento
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      Literalmente significa modo de comportarse con una persona, animal o cosa. Pero se alude también de forma simbólica al modo de dirigirse verbalmente a la persona que ocupa un caro o desempeña un rol social.
   La sociedad ha estado históricamente llena de convencionalismos verbales y, desde los reyes y nobles a los cargos religiosos, militares, económicos, políticos, etc., los "títulos" definen por la forma de usarse la categoría de las personas.
   Aunque la cultura contemporánea tiende a omitir esas convenciones sociales, o al menos a no valorarlas tanto, conviene tenerlas en cuenta.
   Sin renovar los usos sociales de tiempos antiguos, no es bueno educar a las personas en el desconocimiento de la autoridad, de la dignidad, de las fórmulas de cortesía, de la adaptación a los diver­sos ambientes culturales en los que cada persona se mueve o para los que tiene que estas preparados. Una cultura excesivamente horizontalista (democracia convertida en demagogia) puede ser tan nociva para el cultivo de los valores morales como una cultura verticalista (autoritativa y jerarquizante).
   En el terreno religioso y eclesial, apren­der a explicar y aplicar los significados de términos como Su Santidad, Su Eminencia, Su Beatitud, Su Excelencia, Reve­rendo Padre, Dom (no Don), Fray, Sor, Padre, Madre, Hermano, Hermana, que se asociaron siempre a papas, cardenales, nuncios, patriarcas, obispos, abades, religiosos, religiosas, por muy clericales o eclesiales que resulten no deja de ser conveniente. Y la incapacidad para ellos no deja de denotar cierta ignorancia cultural y literaria.