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Planta gramínea que en diversas modalidades y familias y debido a la abundancia de harina que proporciona el grano se extendió por el mundo entero desde tiempo antiguos.
Probablemente fue en Egipto donde se inició su cultivo, si es que no proviene del Asia Central, donde las condiciones climáticas facilitan su cultivo.
Al menos se conservan restos y gráficos del tercer milenio anterior a Cristo a Cristo, aunque bien pudiera haber sido cultivado ya en hacia el 5.000 en lugares especiales del Valle del Nilo. La diversidad de trigos ha convertido esta planta en la más estudiada, catalogada, adaptada a terrenos, climas, y preferencias sociales en toda la historia humana. Hay trigos de ciclo corto o de ciclo largo, de ambientes fríos y cálidos, de laderas montañosas y de llanuras húmedas, con harinas blancas o con cortezas (salvado) muy ricas en vitaminas, de terrenos calcáreos y otros salitrosos. Son más de un millar las formas del trigo conocidas en la Historia.
En lenguaje cristiano, el hecho de que fuera la base del alimento en el Mediterráneo y que la tradición considere de trigo el pan usado en la acción eucarística, lo convirtió en la planta emblemática de la vida de familia, del alimento, de la vida. Las metáforas y las alusiones se multiplican desde el texto evangélico a los escritores de todos los tiempos. Y la idea de una especial protección del a Providencia sobre el "pan de los hijos"
En el Nuevo Testamento se le cita 17 veces (sito-metrion), algunas de ellas con sentido de pan y otras aludiendo al grano que se siembra (buena semilla), que debe ser protegido de la cizaña (mala semilla) para que produzca cosecha.
Se daba bien en las llanuras de Galilea. Pero es probable que Jesús apenas si lo consumió, incluso en la Ultima Cena, ya que estaba requisado por los romanos para sus envíos a la capital del Imperio. La gente modesta usaba más la cebada (panes hordáceos), de circulación libre y adquisición asequible.
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