Ungüento
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       En general, todo lo que sirve para ungir o untar, costumbre arraiga en las culturas orientales que usaban aceites finos y bálsamos para la higiene y el cultivo de la piel. Son muchos los líquidos oleaginosos, ordinariamente mezclados con sustancias aromáticas, que sirven para suavizar rozaduras de diver­sos tipos, para producir aromas gratificantes y para emitir olores agradables.
   En algunos ambientes de Oriente, y también en la liturgia visigótica, se aludía con la expresión a los bálsamos que usaban para aliviar a los enfermos y que eran portadores de bendiciones especiales, como la que hacia en la liturgia visigótica el Obispo al final de la misa de S. Cosme y San Damián, para ser llevado a los enfermos.