Universales
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        Se dio en la Edad Media, sobre todo con motivo de las polémicas escolásticas entre nominalistas y realistas le discusión sobre si los conceptos generales (universales) son reales o sólo son palabras difusas y sonoras (flatu vocis).
    Los realistas afirmaban que, además de los términos concretos: hombre, flor, saber, los términos generales (humanidad, floración, sabiduría) eran realidades inmediatas y demostrables. Contra ellos los nominalistas afirmaban que sólo lo concreto existe y que lo general y abstracto es mero concepto (conceptualismo) o mero nombre (nominalismo).
    Nos sonreímos hoy ante la fogosidad de esta polémica estéril y somos conscientes de que enfermedad y hombre enfermo, de que belleza y persona bella, implican formas diferentes y análogas de existir, pero que responden a realidades indiscutibles y experimentables.
   Los escolásticos lo convirtieron en tema estrella y las polémicas se multiplicaron. Guillermo de Champeaux en el siglo XII era fogoso realista junto a muchos pensadores de la Escuela de Chartres. Gilberto de la Porrée y Abelardo se ponían en la oposición nominalista y dudaban de la existencia real de los conceptos generales.
    Más que el valor objetivo del problema, la importancia del mismo estuvo en la metodología que se empleaba. Era la discusión con sutileza sobre los temas más abstractos. Ello preparó las polémicas religiosas que en torno al Derecho, a la Teología o a la Moral se desarrollarían en los siglos posteriores, hasta llegar a los planteamientos religiosos sutiles como fueron los protestantes.