Universidad
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    Institución cultural en la que se organizan las relaciones de maestros y escola­res para comunicarse el saber. Como realidad singular surgió en la Edad Media en los ámbitos eclesiales, la necesidad de promover maestros, sacerdotes y laicos, a los que la autoridad diocesana confiaba la enseñanza de la doctrina religiosa. Ellos la extendían a otros terre­nos: la filosofía, el derecho, la medicina.
   Como realidad cultural, heredó la in­quietud de las escuelas monacales que, según el espíritu de San Basilio en Oriente y de S. Benito en Occidente, tuvieron interés en conservar, con bue­nos maestros y libros fabricados por sus monjes copistas, el saber heredado de los antiguos. Al surgir las catedrales en la villas y ciudades libres, se sintió también el deseo de crear "Estudios generales" en sus claustros, a los que acuden personas interesadas en el saber. La madrazas que nacen en las mezquitas de la poderosa cultura islámica se con­vierten en estímulo para que esos estudios generales se hagan cada vez más "universales", lo que significa abiertos a todos los que quieren acudir a ellos.
    Se cumple así el deseo de formar a jóvenes en las profesiones "clericales", la Teología y el Derecho sobre todo. A lo largo de los siglos XI a XIII surge una floración admirable de centros universa­les o universitarios: París, Bolonia, Colonia, Montpellier, Toulouse, Oxford, Cam­bridge, Nápoles, Salamanca, Lérida, Praga, Viena, Heidelberg.
    En el Renacimiento toda Europa quedó cubierta culturalmente por estos centros y conoció una renovación "literaria" por instituciones más modernas como las de Alcalá de Henares en Es­paña o las de México, Santo Do­mingo, Lima en América latina y Harvard, Yale y Princeton en la sajona. La idea de "Universidad" se identificó siempre con el saber general. Los catedráticos, o docentes que ense­ñan desde la cáte­dra (en griego silla o sede), adquirieron prestigio social y beneficios estimulantes que hacen interesantes los saberes.
   Entendida la Universidad como generadora del saber, se la solía definir como  "Alma Mater". Y se la entiende como lugar en que se cultiva con cuidado (studium) los saberes de los hombres

   Desde que en el año 533, en el "Digesto" de Justiniano, aparece el término de "universitas" con idea de asociación general de saberes o de gremio o comunidad de los que lo cultivan, hasta la amplia difusión en el renacimiento de la idea de "colegio", el proceso se va complicando y ampliando hasta ser definida en el primer diccionario de la lengua española, el de Sebastián de Covarrubias Orozco (1539-1613) que en 1611 la entiende como "comunidad y ayuntamiento de gen­tes y cosas en donde concurren estudiantes de todas partes para instruir­se". Se hacía eco esta definición de la que Alfonso X el Sabio recogía en su Código de las Partidas: "Ayuntamiento de maestros et de escolares que es fecho en algún logar con voluntat et con entendimiento de aprender los saberes(Partid. II, tit. XXXI, ley 1.)
    Por eso la Universidad se asoció siempre a la misión de comunicar las Artes, entendiendo por "Ars" la expresión de lo que hay de artificio en los que se hace en la sociedad. A las artes liberales se atribuyó un origen divino, según la idea griega de las musas que comunicaron las artes a los hombres. El primer catálogo de las siete "Artes Liberales" recogía la gramática, la dialéctica, y la retórica (el trivium), la geometría, la aritmética, la astronomía y la música (el quadrivium) y también la medicina y la arquitectura.