Venus
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        Diosa romana del amor, identificada con Afrodita de los griegos y con diversas divinidades femeninas de Oriente. Contrapuesta y aliada de Marte (el Ares Griego) nunca pudo ausentarse de la vida y de la historia de los humanos.

   El culto a esta divinidad en lo religioso y en las múltiples expresiones artísticas (pictóricas, escultóricas, literarias, musicales) fue uno de los más extendidos y fecundos en los tiempos antiguos, desde las bacanales orgiásticas de los santuarios orientales hasta las más sutiles, admirables y estéticas de las genialidades de los artistas.
   No en vano el amor, fuente primaria de la vida y motor supremo de los hombres, ha movido siempre heroísmos y pasiones ruines, venganzas y sacrificios, guerras y renuncias hermosas. Educar en el amor y para el amor ha sido siempre un desafío para los educadores, que han debido enseñar de una u otra forma a recorrer la sublime eterna escala de los amores que caben en el corazón humano, desde el amor a Dios hasta el amor equivocado a los ídolos terrenos, y mostrándose en fuerzas fecundantes como la amistad, el noviazgo, el amor matrimonial, el amor materno, el amor a la sabiduría (filosofía) o a los hombres (filantropía).