Vivencia
    [603]

 
   
 

       Experiencia íntima que produce una impresión fuerte y permanente y queda grabada en la personalidad, influyendo de algún modo en la conciencia y en la conducta. El término fue introducido por Ortega y Gasset para definir lo que se vive en el interior, que no es siempre equivalente a la experiencia, que es lo que se recibe desde el exterior.
   Entre las vivencias más condicionantes de la persona se hallan las estéticas, las éticas y las religiosas o espirituales. En estas últimas es donde se puede poner el énfasis en la formación cristiana de las personas creyentes. No se deben reducir a sentimientos o afectos. Son más globa­les y trascienden la dimensión afectiva.
   La religión: sus doctrinas, sus ofertas cúlticas, sus imperativos éticos, no se basa sólo en aprendizajes que luego se conviertan en comportamientos. Son también, y no sólo, vivencias, las cuales se perfilan cuando se integran en el modo de pensar, de sentir y de ser, lo que significa de vivir sus contenidos.
   Por eso el concepto de vivencia es de suma importancia en la psicología religiosa. Es complejo y flexible. Su análisis permite descubrir lo que realmente son las impresiones espirituales en cuanto repercuten o resuenan en las almas y producen efectos exteriores.