Vulgata |
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Versión de la Biblia que hizo S. Jerónimo, erudito sacerdote de Roma y experto en lenguas orientales, con admirable dominio del hebreo, arameo, siríaco, y también del griego, Realizó el admirable trabajo de revisar todos los libros hacia finales del siglo IV. Según la tradición, el Papa Dámaso le ordenó hacer una traducción latina de los libros sagrados para terminar con los problemas que originaban las diversas versiones que eran usadas y generaban disputas estériles y en ocasiones errores. Se conoce con el nombre de la Vetus Itala, o vieja italiana, a la traducción latina más divulgada anterior a la Vulgata. Pero las transcripciones se habían diversificado al introducir glosas o términos añadidos o al omitir algunos fragmentos o incluso hecho no del gusto del traductor o del copista. Sobre la "Vetus Latina", la "Vulgata" mejoró las formas y la redacción; precisó los términos que no le parecieron perfectamente traducidos, eliminó añadiduras o fragmentos interpolados, prefirió los textos hebreos primitivos y mejor conservados. La "itala" provenía de la versión de los LXX, hecha de los originales hebreos hacia el 300 antes de Cristo en relación al Antiguo Testamento y del griego corriente en referencia al Nuevo. Pero la de S. Jerónimo mejoró grandemente las fuentes. También cuidó la calidad del texto traducido, siguiendo criterios de fidelidad, antigüedad y racionalidad. Para eso paso muchos años, tal vez 16, en Belén, donde contó con recursos y ayudas de la piadosa matrona romana Paula, viuda y rica, que también fundo dos monasterios femeninos en Tierra Santa, en unos de los cuales ella vivió. Esa ayuda permitió a S. jerónimo comprar los mejores manuscritos, recuperar otros de Bibliotecas antiguas, pagar a amanuenses bien preparados para recuperar y transcribir textos.
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