Zigurat
     [011]

 
   
 

      Santuario en forma de torre organizada en diversos niveles, que suelen ser siete, y se divulgó desde tiempos inmemoriales en la arquitectura religiosa de Mesopotamia. Ya en el cuarto milenio existieron estas edificaciones según las ruinas que quedan. Prácticamente llegaron hasta el imperio persa, en el siglo VI.
    Se hacían con adobe, en ocasiones recubierto de ladrillo, (barro cocido) en regiones en donde la piedra apenas era asequible. Solían tener siete niveles cuadriculados, poniendo en el superior un habitáculo mitad observatorio astronómico mitad templo de plegaria y ofrenda.

    Algunos dejaron estela literaria, aun cuando haya desaparecido en forma física, como en el caso del de Etemenanki (tal vez identificado en la Biblia con la torre de Babel) o como el templo de Marduk en Babilonia, reconstruido por el rey Nabucodonosor (entre los años 625 y 605 a.C.). De otro quedan colinas de ruinas (tells) objeto siempre de investiga­ción arqueológica. Tales son el Elamita en Choga Zambil (actual Dur Un­tash, Irán, del siglo XIII a.C.), de planta cuadrada de 102 m. de lado. Quedan restos del zigurat del dios lunar Nanna, construido por Ur-Nammu (rey entre el 2113 y 2095 a.C.).que tam­bién fue refor­mado por Nabonidus (entre el 556 y 539 a.C.).
     Estos zigurats ejercieron entre los pueblos mesopotámicos efectos religiosos de temor y admiración. Desde su cumbre descendían a la tierra los oráculos divinos al mismo tiempos que las predicciones cósmicas y climáticas que ten decisivas eran para la agricultura e la zona.
   Destinados para minorías religiosas tardaba decenas de años en construirse y miles de años en deteriorarse, lo que les convertía en lazos de generaciones al mismo tiempos que sede de poderes religiosos irresistibles
.